Compartir mesa – 合い席・相席 (aiseki)

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En Japón, hay restaurantes y cafeterías donde se pude compartir mesa (合い席 o 相席 – aiseki). En Tokyo es un poco difícil porque Tokyo es Tokyo, un lugar «especial» 😛 , pero en Okinawa y las zonas rurales de Japón pienso que son más abiertos para estas cosas y se puede ver más que en la capital.

Hay lugares donde sólo hay un comensal sentado en una mesa para cuatro, por ejemplo, entonces preguntan a las dos partes si no hay problema en compartir mesa. Hay restaurantes donde es normal y por supuesto se puede decir que no, todo depende del momento. También hay muchos lugares con sus reglas donde no se puede compartir mesa.

El sábado tuve que salir y no pude regresar a casa para comer. Decidí hacerlo en un restaurante de comida casera de unos amigos de mis padres pero estaba todo lleno. Me preguntaron si no me importaba compartir mesa y les dije que no (a mí realmente no me importa); ese día no podía esperar porque tenía que ir a otro lugar por razones de trabajo.

Después de unos minutos me llamaron para decirme que podía compartir con cuatro abuelitas que ocupaban una mesa para seis personas. Me recibieron muy bien y me preguntaron si no me importaba que estuvieran hablando de la Segunda Guerra Mundial, de lo que pasó en Okinawa.

Como ustedes saben, a mí me interesa el tema, sobre todo si las personas que cuentan sus experiencias son personas reales y no los libros.

Las cuatro abuelitas de 80 años eran amigas de la infancia que sobrevivieron a la guerra, pero algunos de los hermanos y compañeras, no. Tenían 10 años cuando terminó la guerra, y estaban recordando esos días porque fueron a ver una exposición sobre la batalla de Okinawa, y hablaban de sus profesores y compañeras. No voy a escribir todo lo que me contaron porque la entrada quedará triste, muy triste. Hubo un momento en que me dieron ganas de llorar viendo la sonrisa de las abuelitas, y les pregunté por qué podían hablar de esas cosas tan fuertes sonriendo. Me contestaron que era por eso, porque habían sido días duros pero habían sobrevivido.

Al despedirnos me dijeron que disfrutara de la vida, de cada día porque no hay nada más bonito que estar con vida.

Compartir mesa puede ser, a veces, una buena experiencia.

Compartir mesa – 合い席・相席 (aiseki)

Entrada original de Una japonesa en Japón

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Muchísimas gracias por leerme.
Hasta la próxima 🙂

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先週の土曜日、知り合いのところでランチをしにいったら、満席でしたので、八十代の四人のおばあちゃんたちと合い席をしました。

四人は幼馴染で、沖縄戦の時10歳だったそうです。私の知らない戦時中のこと、疎開、先生方と同級生たちのこと、おにぎり一個しか食べられなかったこと、学校で歌わされた歌など ・・・

みなさんはとても穏やかな顔でお話をしていて、辛かったからこそ今笑顔で話せるといってたのがとても印象に残りました。

戦争を知らないこの私ですが、これから何が出来るんだろうと思いました ・・・

いつも読んでいただいて、ありがとうございます。
ご自愛くださいませ。
ではまた ・・・

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16 respuestas a Compartir mesa – 合い席・相席 (aiseki)

  1. Qué costumbre tan curiosa, en Sofía sería impensable compartir mesa con extraños. Qué entrañables las abuelitas pero qué pena esa conversación tan triste…

  2. sabrina dice:

    me parece hermoso que podamos recordar lo bella que es la vida aunque sea, por una charla, por una situacion casual, aunque sospecho que nada es casual en la vida. besos de Argentina Nora.

  3. Mirta Gili dice:

    <3

    Es la única manera de sobrevivir… llevarlo en el corazón con una sonrisa en los labios.

    Gracias, Nora, por compartir trocitos de sus vidas, de tu cultura (de la que tanto se aprende)

    Un beso desde Argentina

  4. Desde México dice:

    Hola Nora-san:

    Vaya experiencia la tuya. Más allá de compartir o no tu postura de hacerlo del conocimiento de tus lectores en este espacio, no olvidemos que era una conversación privada entre ellas, y que si tuviste acceso a ella fue por un hecho circunstancial; y creo debe de respetarse como tal.

    Cada vez menos quedan personas con vida de esa generación, que vivieron en carne propia los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Si a mí a veces me rompe el alma leer libros de historia o documentales de ese periodo, nada más de imaginarme escuchar sus historias de viva voz… creo me estremecería.

    Me parece, en mucho les debemos nuestra atención a estos sobrevivientes, sin distingo de su nacionalidad. Es una lástima que como sociedad adolezcamos de respeto y sensibilidad.

    Dada mi localización geográfica, ya te imaginaras el discurso de cada cosa que leo al respecto.

    Por lo demás, otro más de tus interesantes post. Gracias por ello.

    Saludos cordiales.

  5. Jaiem dice:

    Por esta parte del mundo en donde vivo aún se suele compartir mesa sobretodo en los ambientes rurales, en las grandes ciudades suele haber más individualismo.
    Estas abuelitas visiblemente a pesar de todos los horrores que han vivido, o tal vez gracias a ellos, son conscientes de la suerte que tienen de estar vivas, de lo importante que es y me da la impresión que aprecian la vida y que sienten la alegría de vivir. 🙂

    Un fuerte abrazo

  6. vgarcia dice:

    Ya me imagino tu cara de gusto al darte cuenta de todo lo que podias aprender de esas personas con las que ibas a compartir mesa y mas al oir el tema y saber que ellas estaban en la disposicion de compartir contigo no solo la mesa sino su experiencia de vida
    Que bonita escena y te agredesco por compartir, yo vivo en una ciudad y es poco comun compartir mesa en un restaurante… uno vive siempre a la defensiva…
    Saludos y un abrazo Norita

  7. doalle dice:

    Aquí, yo sólo he visto que se comparte mesa con desconocidos en ferias y unos locales de un tipo muy específico, de corte muy familiar y nada de altos vuelos. Sin embargo, me resulta algo muy agradable las pocas veces que puedo ponerlo en práctica. La comida sabe muy diferente. Es una suerte que en Japón siga haciendose con relativa frecuencia.
    Me llama la atención porque precisamente es la imagen contraria a la que se exporta de Japón por lo medios de comunicación: les encanta el sensacionalismo de «aquí viven aislados, 23 años aquí y no conces ni a tu vecino» etc. Pero de la tele ya se sabe, créete la mitad de la mitad. Algo habrá, un cierto fundamento real, pero les encanta dramatizarlo todo.
    Recuerdo que una vez vi un documental en el que visitaban un pueblo perdido de Japón, no recuerdo la región. En el barcito del pueblo, por la noche, todas las señoras y los señores se iban a charlar un rato y muchas veces acababan cantando canciones tradicionales juntos. Me gustaría que se mostrase un poco más esa cara de la moneda, que seguro que existe, porque la otra ya la tenemos más que machacada.

    Un saludo a todos. Y a Nora, gracias por traerme esta entrada que me ha recordado al documental de los señores del pueblecito aquel.

  8. Miguel-Maiku dice:

    Hola, buenos días!!!!

    Una experiencia muy bonita, casi un privilegio diría. Como se suele decir, se juntaron «el hambre con las ganas de comer». Aaaaaais, cuánto de podría aprender de en esa mesa en ese día. Lo de compartir mesa está bien, si sale bien, porque como salga mal, es que ya ni cenas. Creo que en algunas zonas de Alemania, por lo menos antes, también era normal ocupar «estos sitios libres». Pero en este caso creo que no se preguntaba. Creo que puede ser una experiencia muy bonita, y como siempre sólo depende de la compañía.
    Por cierto gran lección y gran consejo de las «abuelitas», que siempre son las que más saben.

    Gracias por leerme.
    Un abrazín!!!!

  9. kuanchankei dice:

    Nora, deberías escribir un libro con tus vivencias, tu blog y tus conversaciones íntimas con las yayas de la guerra, las cosas que pasan ahora o sucedieron también en Okinawa. Salu2 🙂

  10. nora dice:

    remorada,
    😉
    Un abrazo.

    Mamá en Bulgaria,
    Si, la conversación fue un poco triste, pero me enseñaron muchas cosas que no sabía.
    Un abrazo.

    sabrina,
    Pienso que a través de muchas cosas podemos saber que la vida es bella.
    Muchas gracias por la visita y el comentario.
    Un abrazo.

    Mirta Gili,
    Muchas gracias a vos por pasarte y comentar.
    Un abrazo.

    Desde México,
    Sabes lo que siempre pienso, que los japoneses todavía tenemos la suerte de poder escuchar las palabras de los sobrevivientes, y tenemos también la suerte, por decirlo de alguna manera, de que existan videos, fotos y documentales sobre la Segunda Guerra Mundial, y así saber lo que realmente pasó (sobre todo, lo que hizo el Ejército Imperial Japonés) sin tener que leer esos libros de historia que cuentan cosas diferentes según los países …
    Un cordial saludo.

    Jaiem,
    Se notaba mucho, Jaiem, esa alegría de vivir, y aprendí mucho de ellas.
    Un fuerte abrazo.

  11. nora dice:

    vgarcía,
    Felizmente estoy viviendo en un lugar donde todavía podemos compartir mesa con gente que no conocemos. Trataré de disfrutar y aprender de la gente que me acompañe en ese momento.
    Un abrazo.

    doalle,
    Eso del bar del pueblo, pasa también en Naha, la capital de Okinawa. No suelo salir de noche pero cuando tenga la oportunidad de quedar con los amigos, sacaré fotos.
    Y sobre la otra cara de la moneda de los japoneses, es también una cara real, pero el sensacionalismo y el amarillismo venden más en las redes sociales, y si es sobre Japón …. mucho más.
    Lástima que yo no pueda hacer lo mismo, contar la otra cara de la moneda de otros países 😛
    Un cordial saludo.

    Miguel-Maiku,
    Pienso igual que tú, todo depende de la compañía y, espero que siempre salga bien.
    Un fuerte abrazín.

    kuanchankei,
    jajajajaja … Las cosas que se te ocurren … pero sí, sería interesante 😉
    Un cordial saludo.

  12. Joel C dice:

    que bella anecdota, es tan cierto eso de que cuando nos abrimos a compartir con otros, cosas maravillosas pasan.

  13. nora dice:

    Joel C,
    Me alegro de que te haya gustado.
    Muchas gracias por la visita y el comentario.
    Un cordial saludo.

  14. Duy dice:

    «Esto en mi querida Españistán no pasa» 😛 puede que en la parte profunda y salvaje si, pero no lo he vivido. You are lucky.

  15. nora dice:

    Duy,
    Yo creo que en la parte «profunda y salvaje» de España sí que puede pasar, no todo es malo en España ni todo es bueno en Japón 😛
    Un abrazo.

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